Quiero un hombre de verdad.
Porque un hombre de verdad es lo suficientemente seguro de sí mismo,
sin llegar a ser engreído. También tiene miedos, pero los enfrenta. Un
hombre de verdad es sensible, valora sus sentimientos, los trabaja y
expresa, no deja todo adentro para un día explotar. Un hombre de verdad
trabaja por la relación. Sabe que cuesta trabajo e invierte tiempo y
esfuerzo para obtener frutos. Un hombre de verdad es directo, y
te dirá lo que le molesta, pero solo porque confía en que la
comunicación es fundamental para la relación.
Un hombre de verdad no titubeará si sabe que eres la indicada, porque
sabe lo que quiere, y lo busca, no anda por ahí probando
simultáneamente para ver lo que consigue. Un hombre de verdad mantiene su independencia y misterio, sin embargo eso no lo frena de decirte cuánto te ama y valora, porque comprende lo afortunado que es de estar contigo. Un hombre de verdad quiere hacerte sentir especial.
Un hombre de verdad no asume que sabes las cosas, las dice, aunque
suene repetitivo; prefiere prevenir que lamentar, porque es sensato.
Piensa dos veces antes de decir las cosas. Y eso porque sabe que muchas
veces la rabia e ira traicionan, y que salen de nuestra boca palabras
que en realidad no sentimos.
Un hombre de verdad no sale con una chica solo por salir. Se salió de
la competencia de quién se acuesta con más mujeres. Es selectivo, lo
suficientemente maduro como para aceptar un compromiso, y comprende la
profundidad del sexo. No se arriesga a echar una relación por la borda
solo por unos minutos de placer. Prefiere la química que la lujuria, y es respetuoso y caballero, y no hará nada que tú no quieras.
Un hombre de verdad sabe que es un hombre de verdad. Sabe de
prioridades, sabe qué es lo que realmente importa en la vida. Está tan
enfocado en cumplir sus sueños que no tiene tiempo para banalidades.
Pero a la vez, puede hablar de la inmortalidad del cangrejo y luego de
crisis existenciales, y nada de eso lo definirá. Un hombre de
verdad no se preocupa de los grandes lujos, sino de los pequeños
detalles, porque sabe que esos son los que importan.
Un hombre de verdad se salió del juego de las “tácticas” y del “te
ignoro para que caigas”. Tampoco buscará ponerte celosa porque sabe que
eso solo los puede dañar, y entiende que la confianza es la base de una
relación.
Un hombre de verdad nunca sería capaz de hacerle daño a una mujer, y, especialmente, no a la mujer que ama.
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